Carlota de México

María Carlota Amelia Victoria Clementina Leopoldina, nació el 7 de junio de 1840 en el Palacio de Laeken. Era hija de Leopoldo I de Bégica y de su segunda esposa Luisa María de Orleans.
La infancia de la princesa belga fue privilegiada, pues recibió una excepcional educación, por lo que se convirtió en una mujer muy culta que sabia de política, filosofía, etc., además de hablar varios idiomas: francés, español, alemán, inglés e italiano.
En 1850 muere su madre a causa de un accidente ferroviario.
El 27 de julio de 1857, Carlota se casa con Maximiliano de Habsburgo. El 10 de abril de 1864 la pareja acepta convertirse en emperadores de México y el 21 de mayo de ese año la pareja llega a Veracruz.
Aunque su estancia en México no fue fácil, Carlota, mujer muy culta para su época, apoyó a su marido de ideas liberales para modernizar el país azteca.
Alguna de las medidas que tomó la pareja fueron: impulsar el telégrafo, el tren, líneas de vapores, entre otras.
La emperatriz fundó muchas escuelas y aprobó una ley para universalizar la educación en el país. Carlota, también, asumía la función de regente cuando su marido se encontraba de viaje.
La pareja no tuvo hijos, por lo que nombraron herederos al trono, a los desde entonces llamados, príncipes de Iturbide (nietos del emperador Agustín Iturbide).
La situación en México empeora y el 18 de septiembre de 1866 la emperatriz emprende rumbo a Europa para buscar ayuda.
Napoleón III le da la espalda, incluso el Papa.
Carlota comienza a dar signos de desequilibrio mental, hasta tal punto, que el 30 de septiembre acude al Vaticano pidiendo ayuda porque, según ella, hombres enviados por Napoleón III la quieren matar. El Papa siente lástima de la emperatriz y esa noche la deja dormir allí, Carlota duerme en la Biblioteca del Vaticano.
Leopoldo II, hermano de la desdichada emperatriz, va a buscarla y la lleva al Castillo de Miramar. Su salud mental no mejora y por eso, le ocultan la muerte de su esposo. Se lo dicen un año después porque el cuerpo de su marido iba a llegar a tierras europeas para ser enterrado en Viena.
La emperatriz nunca mejoró psíquicamente. Trasladan a Carlota al Castillo de Bouchot donde es recluida.
Carlota murió el 17 de enero de 1929 en Bruselas, a la edad de 87 años.